DOÑANA
Las torres
almenaras
La Historia de Doñana puede
comenzarse con los asentamientos romanos del siglo II a. C., (II d.
C, según el proy. Excavaciones arqueológicas del Cerro del Trigo)
que se prolongaron hasta el V d. C., dedicados fundamentalmente a la
pesca y a la salazón, y que debían situarse en torno a lo que
actualmente conocemos como Marismas del Guadalquivir.
Las torres almenaras se construyeron
durante el reinado de Felipe II, a finales del siglo XVI y principios
del XVII, y servían de protección frente a los ataques de los
piratas berberiscos.
Tras la expulsión de los árabes en el
siglo XIII, el rey Alfonso X el Sabio comienza la cristianización
del territorio y la construcción de las primeras ermitas.
Sin embargo, no es hasta el siglo XV
con la organización del territorio, cuando comienzan el dominio
señorial, los primeros límites y acotamientos, y la prohibición de
cualquier aprovechamiento que perjudicara a la caza.
El nombre de estas tierras se consolida
un siglo después, con la construcción por parte del séptimo duque
de Medina-Sidonia de un palacio para su esposa, Doña Ana Gómez de
Mendoza y Silva, en pleno corazón del monte. Las tierras
circundantes pronto comienzan a ser conocidas como el Bosque de Doña
Ana, el Coto de Doña Ana, etc., hasta que finalmente la denominación
se acorta a la que actualmente conocemos.
Después de este primer período
dedicado casi en exclusiva a los recursos cinegéticos, comienza una
segunda época (hacia el siglo XVIII), en la que se consolidan tres
usos: la explotación forestal del bosque, el mantenimiento de las
dehesas y pastos para la ganadería, y el fomento del coto como
cazadero, para lo que se acondiciona de nuevo el antiguo palacio.
El interés científico y naturalista
arranca en el siglo XIX, con la publicación de un catálogo de aves
observadas en algunas provincias de Andalucía, realizado por Don
Antonio Machado y Núñez. Es también el comienzo de una intensa
búsqueda de huevos y pieles por parte de naturalistas y cazadores,
lo que llega a poner en grave peligro las poblaciones de algunas
especies.
En el siglo XX los nuevos propietarios
de Doñana introducen especies animales, plantan pinos piñoneros y
organizan monterías de forma habitual. Pocos años después, en
1940, se constituye la Sociedad Cinegética del Coto del Palacio de
Doñana.
La inmensa riqueza faunística de estas
tierras atrae también a ornitólogos de todo el mundo, que proponen
en 1952 la internacionalización de su propiedad.
Es el comienzo de una conciencia
conservacionista dentro y fuera de nuestras fronteras, que culmina en
1963 con la adquisición de unas 7.000 ha por parte del Estado
Español, en colaboración con el Fondo Mundial para la Conservación
de la Naturaleza (WWF) y la creación de la Reserva Biológica de
Doñana.
Seis años después se crea el Parque
Nacional de Doñana, que será ampliado y reclasificado por su Ley de
Régimen Jurídico en 1978 y que posteriormente ha ampliado sus
límites en 2004. Desde entonces, diversas figuras de protección
internacional confluyen en este territorio.
Ana Vacas Guzmán
Carmen Martínez Carbonero
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